Para que no nos acontezca lo que la palabra del Altísimo dice: Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.
jueves, 31 de mayo de 2012
¿PUEDE EL SER HUMANO DECIR "SOY PERFECTO"? O ¿"YA NO NECESITO ELEVARME MÁS?
Por: Avdiel Ben Obed
¡No! ¿Por qué? Porque la Perfección no es una cualidad humana, sino una cualidad divina, perfecto solo es el Creador. Por lo mismo el Creador no le pide al ser humano que sea perfecto, porque esto sería imposible lograrlo.
Dentro del ámbito hebreo cuando se usa el término en lengua española "Perfección" en relación al ser humano, lo que se quiere decir es que dentro de nuestras limitantes como seres humanos lo Máximo que podemos aspirar a lograr es dominar nuestros impulsos, nuestras inclinaciones, lograr un Corazón Puro. Cuando logramos esto podemos lograr todo lo demás.
En hebreo esto es Temimut (un grado de "Simpleza" consiente = Pureza de Corazón), cuando no eres malicioso, cuando no eres habilidoso, en relación con el Creador y con el ser humano. De esta cualidad habló muchas veces Rabenu Iehoshua: "sean Temimim", lo que se traduce al español comúnmente como "sean Perfectos", que realmente no es perfección, sino es el mayor grado que podemos aspirar como seres humanos. De ahí viene la frase "Tzadik Tamim", traducido como "Justo Perfecto", aquel que logra dominar su Yo egoísta.
Ahora, aplicando este concepto en relación al tema de la pregunta sobre "el tzadik que sufre":
La cualidad de Temimut es muy difícil de lograr, requiere de mucho esfuerzo, de muchas pruebas, y esto es percibido en nuestro mundo como SUFRIMIENTOS. Entonces conociendo la existencia de esta cualidad, cada sufrimiento que experimentamos debe canalizarse para acercarnos a esa Cualidad, porque de esta dependen las otras. En el caso de los Tzadikim, ellos no son probados para adquirir esta cualidad, sino para CRECER en esta cualidad, para aumentarla, son Tzadikim porque ya poseen previamente esta cualidad, solo necesitan "perfeccionarla", estos son los Tzadikim que sufren en el 1er Nivel, porque aunque son tzadikim, aun necesitan "perfeccionarse" en esta cualidad, aun necesitan crecer más, por la simple razón de que TIENEN LA CAPACIDAD de lograrlo, de lo contrario no sufrieran (no fuesen probados).
Pero cuando un Tzadik después de mucho sufrimiento ("muchas Pruebas") perfecciona esta cualidad (OJO! esta cualidad de Temimut no es solo un "estado" sino una vivencia, una práctica). Es posible que aun así le sobrevengan sufrimientos, ¿para qué? Para el bien de otros. Estamos ante un gran ser humano, alguien muy elevado, si hay 3 como estos en cada generación es muy milagro! Ellos no viven para sí sino para otros, así que por medio los sufrimientos que le acontecen se logra expiar el error de los demás que al contemplar los sufrimientos HACEN TESHUVA honrando al Tzadik e imitandolo en cada detalle. Estos Tzadkim aceptan estos sufrimientos por amor (deseo de dar) a los demás. Estos sufrimientos no necesariamente "perfeccionan" al tzadik, pues ya el no requiere más "perfección", o sea ya el domina la cualidad de Temimut, sino mas bien los sufrimientos resultan ser una gran recompensa ante su Padre! La recompensa la encuentran en el GOZO o el DELEITE de experimentar Ahava (el deseo de dar) en Temimut (en pureza de corazón). La recompensa la encuentran en imitar a su Padre! Este el único deseo o necesidad de este tipo de Tzadikim!
miércoles, 23 de mayo de 2012
AMOR Y MATRIMONIO, UNA PERSPECTIVA KABALÍSTICA
Selección extraída de Anatomía del Alma
Hombre
y mujer Él los creó.
Génesis
1:27
Enseña el
Zohar que cada alma contiene características "masculinas" y
"femeninas". Cuando llega el momento en que un alma determinada debe
descender al mundo físico, ésta se separa y sus características se vuelven una
"entidad dual", una parte masculina y la otra femenina. Este es el
gran significado del matrimonio y de la unión marital: volver a juntar las
"dos mitades" de un alma (ver Zohar III, 283b).
Así podemos
comprender mejor una interesante enseñanza del Ari: cada una de las Diez
Sefirot corresponde a uno de los Santos Nombres de Dios, cada uno de los cuales
expresa un específico poder de Dios.
El
Santo Nombre que corresponde a Iesod es Shadai, que se traduce como, "¡Hay
suficiente!". Este nombre implica que Dios tiene la capacidad absoluta
para darle a cada persona todo lo que necesite. El Santo Nombre correspondiente
a Maljut es Adonai, que connota "Señor", pues Él es el
Señor del Universo y Rey de todo.
El versículo
afirma (Génesis 35:11), "Yo soy El Shadai; fructificad y
multiplicaos...". Expandiendo las letras del Santo Nombre ShaDaI (Shin,
Dalet, Iud) se produce la letra Shin (Shin, Iud, Nun), la letra Dalet
(Dalet, Lamed, Tav) y la letra Iud (Iud, Vav, Dalet). Si se eliminan
las letras iniciales de cada una de ellas, nos quedan las "letras
ocultas" Iud, Nun (cuyo valor es 60), Lamed, Tav (430) y Vav,
Dalet (10). Estos valores de las letras suman 500.
Hemos indicado
que el hombre tiene 248 miembros, mientras que la mujer tiene 252 miembros. La
suma de los miembros de la entidad unificada formada al unir los dos individuos
separados, el hombre y la mujer, es 500 (ver Baal HaTurim sobre Génesis
35:11). Dado que las relaciones maritales deben ser realizadas con recato,
ocultas de la vista, estas "letras ocultas" (que no son pronunciadas)
corresponden a la relación especial entre hombre y mujer, la que los une en
santidad para que puedan procrear. Cuando la pareja reconoce la importancia del
acto marital - la belleza e intimidad que existe en la unión de dos opuestos -
se alcanza entonces la paz y el Reinado de Dios se establece más firmemente.
Iesod
El Ari habla
de Or Iashar (Luz Directa) y de Or Jozer (Luz Refleja). Dios nos
envía la abundancia que nos sustenta. Con ella vivimos y somos capaces de
realizar buenas acciones. De manera recíproca, estas buenas acciones Le dan a
Dios un cierto placer. Como un padre y una madre, Dios se alegra cuando Sus
hijos "crecen" y se vuelven capaces de Imitarlo. Este es el najes
(placer) que Él recibe de nuestras buenas acciones. Cuando buscamos emular a
Dios, ello es considerado como si Le hubiésemos dado algo en retorno.
Enseña el Rebe
Najmán:
El benefactor
corresponde al aspecto masculino, mientras que el beneficiario corresponde al
aspecto femenino. Aquél que da corresponde al hombre. Aquél que recibe corresponde
a la mujer.
Este
principio se aplica a todos los Universos y a todos los niveles. Incluso el
Santo, bendito sea, cuando recibe placer del cumplimiento de una buena acción
por parte de Sus creaciones, es considerado, si así pudiera decirse, un Beneficiario,
reflejando el Aspecto Femenino (Likutey Moharán I, 73:2).
Este concepto
puede ser visto en términos de la interacción del hombre con Dios a través de
las Diez Sefirot: la abundancia de Dios se expande desde Arriba, a lo
largo del sendero de las Sefirot, a través de Iesod y hasta Maljut.
Maljut, como ya hemos mencionado, es la más baja de las Sefirot y el
punto a través del cual el hombre puede llegar a reconocer y servir a Dios.
Aceptar el Reinado de Dios es el primer paso para acercarse a Él. De modo que
inicialmente es a través de la Sefirá de Maljut que interactuamos
y establecemos una relación fundamental con Dios. (Recordemos que Maljutcorresponde
a lo femenino pues se basa en el rol de aceptación del yugo del Reinado de
Dios). Sólo luego de haber aceptado el yugo de Su Maljut (Reinado) es
posible comenzar a relacionarse con Iesod como el puente hacia los
ámbitos superiores. Así como Dios siente placer al enviarnos Su abundancia,
también recibe placer de Sus criaturas cuando éstas avanzan hacia niveles
superiores en el reconocimiento y servicio a Dios.
La Sefirá
de Iesod corresponde al brit, el órgano reproductor masculino; en
laKabalá, Iesod es llamado Jai Olamim - la "Vida de los
Mundos" (Zohar I, 193b). "Vida" , pues por un lado sirve al
propósito y a la esencia misma de la vida y por otro, porque se dice que está
"vivo" , es decir, es un instrumento para dar la vida; "Mundos",
porque Iesod actúa como un catalizador, permitiendo la interacción entre
los Mundos Superiores y este mundo (Maljut). Así como laSefirá de
Iesod transfiere shefa desde las Sefirot superiores hacia
la Sefirá deMaljut, Iesod es también el punto de retorno desde
donde Maljut, habiendo derivado su fuerza vital y abundancia desde
Arriba, puede devolver a Dios el placer de Sus criaturas al servirLo. "Iesod
representa así uno de los más grandes placeres humanos. Es el tipo de placer
que incluye los niveles más profundos de la mente humana.
El
placer puede ser bueno o malo, pues puede llevar hacia una u otra
dirección" (Innerspace, p.69). Si el nivel de Iesod de la persona
es de santidad, la llevará a buscar niveles más elevados de Divinidad. Pero el
deseo sexual puede ser utilizado (y en general lo es) para alejar de la
espiritualidad. En los próximos capítulos trataremos el significado del hecho
de que la lujuria y la espiritualidad emanen de la misma fuente.
Amor
y Matrimonio
Abraham es el
paradigma de Jesed (actos de bondad). Su amor por sus congéneres era tan
grande que constantemente buscaba una ocasión para ayudar a los demás. Es por
esto que mereció ser la primera persona a la cual se le ordenó cumplir con la mitzvá
de la milá. ¿Cuál es la conexión entre Jesedy milá?
Como hemos
visto, la energía de Jesed sólo puede revelarse a través de Iesod. En
tiempos de Abraham aún no había sido entregada la Torá; ¿de qué manera se
manifestaba su devoción a Dios? A través de su gran anhelo y deseo por servir a
Dios. Abraham sintió que la misión de su vida era revelar al mundo el Jesed de
Dios y Su Reinado. También sentía un tremendo deseo de compartir su propio amor
y bondad con los demás. Y para poder traer tanto amor al mundo, tuvo que ser
circuncidado.
La
circuncisión eliminó todas las klipot que podían impedirle transferirles
a los demás el Jesed y la shefa de Dios. Espiritualmente esto
significa que debía eliminar todo rasgo negativo, simbolizado por el prepucio.
Enseña el Rebe Najmán:
Jesed - amor - se muestra a través del deseo
y el anhelo de la persona. Aquél que tiene un gran amor, tendrá un profundo
anhelo por alcanzar lo que desea. Este amor se manifiesta en el brit (Likutey
Moharán I, 31:6).
El amor, al
igual que Jesed, significa entregarse sin reservas a los demás. Esto
define el objetivo del matrimonio: cada miembro de la pareja debe comprometerse
a dar de sí mismo de manera total e incondicionalmente. El lazo del matrimonio
es esencialmente espiritual, una unión que trasciende los deseos físicos y las
necesidades materiales de los miembros de la pareja. Aquél que se concentra en
el lazo espiritual que hay entre marido y mujer llegará a percibir que existe
un espíritu que rodea este amor y que sobrepasa por mucho su lazo físico. Las
parejas que entran al matrimonio con esta actitud podrán sobrellevar las malas
épocas que inevitablemente deberán enfrentar, pues su Pacto se centraliza
alrededor de las necesidades más importantes de ambos - sus necesidades
espirituales.
Cuando, por el
contrario, una pareja se une sólo sobre la base de la atracción física, con el
paso del tiempo el matrimonio se deteriora; su relación se desgasta y ambos
comienzan a alejarse. Si su concepto de la vida tiende a ser
"anticuado", podrán sentir la responsabilidad de mantenerse juntos,
quizás para bien de los hijos, pero ninguno de los dos disfrutará ya de la
relación. Si son "modernos", pueden entregarse a relaciones ilícitas,
extramaritales. La mentira entra en sus vidas y forma parte de la rutina
diaria. El temor a ser descubiertos corroe lo poco que queda de una relación
agonizante.
Si Jesed (es
decir, el sentimiento de amor y bondad) de la relación es degradado, entonces
también el brit es degradado, pues Jesed se manifiesta en Iesod.
Es decir, si Jesed se encuentra degradado en su fuente, también estará
dañado al manifestarse como Iesod, y ello se reflejará en la relación
física dentro del matrimonio. En la mayoría de los casos, es el amor el que ha
sido dañado desde un comienzo, pues nunca fue un verdadero amor, basado en una
unión espiritual. Más aún, como hemos explicado, Jesed es la primera
revelación de los mojín (arriba, Capítulo 36). Como tal, un Pacto
quebrado o engañoso es una señal segura de una mente degradada (ver Likutey
Moharán I, 34:7).
LA ENTREGA DE LA TORÁ... EL MATRIMONIO CÓSMICO
Extraído de El misterio del
matrimonio. Rabino Itzjak Ginsburgh. Editorial Obelisco
Nuestros sabios se refieren a la
entrega de la Torá en el monte Sinaí como al matrimonio del pueblo de Israel
con Dios [3]. De aquí que los sucesos conducentes a la entrega de la Torá
pueden compararse a las etapas que conducen a la unión del esposo y la esposa
ya descritos.
El exilio en Egipto es el prototipo
de todos los exilios que el pueblo de Israel ha sufrido [4], así como el de
todos los estados personales de alienación de Dios que cada individuo pueda
experimentar. Egipto se identifica como un sitio de impureza espiritual [5], y
en este contexto puede considerarse símbolo de los días de observación, que se
han identificado con el estado espiritual de sumisión.
El descenso de la casa de Jacob a
Egipto, la caída existencial del pueblo judío al exilio [6], corresponde a la
primera señal de sangre del período menstrual, la experiencia de sumisión
dentro de sumisión.
Durante el exilio egipcio, el pueblo
de Israel mantuvo su identidad única. No cambió sus nombres, su lenguaje o
vestimentas, y observó meticulosamente las leyes de Pureza Familiar que los
patriarcas y las matriarcas enseñaron [7]. Más aún, su fe en la redención
prometida nunca flaqueó [8]. El período del exilio corresponde entonces al
nivel de separación dentro de sumisión [9].
El éxodo de Egipto simboliza el cese
del flujo menstrual y la interrupción hacia la pureza, el nivel de
dulcificación dentro de sumisión.
Incluso después del éxodo, el pueblo
de Israel temía que los egipcios lo persiguieran y lo forzaran a regresar al
exilio. Por lo tanto ellos contaban los días transcurridos desde su éxodo, como
"pellizcándose" para asegurarse que su liberación era real.
Pese a que la amenaza física de
persecución cesó cuando Dios ahogó al ejército egipcio en el mar, la
posibilidad de regresar a la mentalidad de esclavitud de Egipto (e incluso de
regresar voluntariamente a la tierra de Egipto) no desapareció [10]. Por esta
razón, cada uno de los cuarenta y nueve días desde el éxodo hasta la entrega de
la Torá es considerado un paso adicional en el distanciamiento de Egipto. Este
estado mental corresponde al estado de sumisión dentro de separación.
Este cómputo, sin embargo, no estaba
únicamente relacionado al pasado (la huida de Egipto) sino también al futuro
(la entrega de la Torá)[11] . Día tras día aumentaba la expectativa del pueblo
por su encuentro y "matrimonio" con Dios en el monte Sinaí. El Zohar
[12] hace un paralelo entre este período de siete semanas de cómputo y los
siete días de limpieza que preceden a la inmersión ritual en la mikve.
Esto corresponde al nivel de separación dentro de separación.
La inmersión del pueblo de Israel en
la mikve antes de recibir la Torá se asemeja a la inmersión de la esposa
antes de unirse con su marido y corresponde al nivel de dulcificación dentro de
separación.
Tres días antes de entregar la Torá,
Dios ordenó a Moisés que cercara el monte Sinaí y prohibiera a la gente
acercarse a la montaña, con el propósito de infundirles una sensación de
modestia y moderación al consumar su relación con Dios [13]. Esto corresponde
al nivel de sumisión dentro de dulcificación.
Durante estos tres días de
restricción se ordenó al pueblo que se abstuviese de relaciones maritales, para
que estuvieran puros de cuerpo y espíritu [14]. Esta pureza les permitió
concentrarse solamente en su novio Divino [15] mientras Su voz les habló desde
todas las direcciones (y dimensiones) de la realidad [16].
El día anterior a los tres días de
restricción, el pueblo le dijo a Moisés: "Deseamos contemplar a nuestro
Rey por nosotros mismos" [17](en lugar de recibir la Torá a través de un
intermediario). En el momento de la entrega de la Torá, su pedido fue
concedido. Esto corresponde al nivel de separación dentro de dulcificación.
En la entrega de la Torá, Dios nos
concedió, por así decirlo, la simiente de Su esencia, así como en las
relaciones maritales el marido transmite su esencia a su esposa [18]. En ese
momento, el propio ser de la esposa se fusiona con el de su esposo, y comienza
a integrar la simiente del ser de él dentro sí misma. Aquí, el novio Divino y
la novia, Dios e Israel, alcanzan la cumbre de éxtasis en su unión sagrada; el
pueblo se convierte en "el pueblo en cuyo corazón está Mi Torá" [19].
Esto corresponde al nivel de dulcificación dentro de dulcificación.
En resumen:
Ciclo de relaciones maritales
|
Éxodo de Egipto
|
|||
Dulcificación
|
Días de Pureza
|
Dulcificación
|
Goce de las relaciones Maritales
|
Recepción de la Torá
|
Separación
|
Pensamientos adecuados durante las relaciones
|
Pureza corporal; centrarse en Dios
|
||
Sumisión
|
Conducta modesta durante las
relaciones
|
Restricción de ascender al monte
Sinaí
|
||
Separación
|
Días de limpieza
|
Dulcificación
|
Inmersión ritual en la mikve
|
Purificación en la mikve
|
Separación
|
Expectación del Reencuentro
|
Cuenta de los días hasta el monte
Sinaí
|
||
Sumisión
|
Revisaciones diarias
|
Amenaza de persecución de los egipcios
|
||
Sumisión
|
Días de Observa ción
|
Dulcificación
|
Sección 1.01 Interrupción hasta la
purificación
|
Éxodo de Egipto
|
Separación
|
Observación de las Leyes de separación
|
Aferrarse a la identidad judía
|
||
Sumisión
|
Aparición del flujo menstrual
|
Descenso al exilio egipcio
|
3-Ta´anit
26b.
4- "Todas
las naciones [que subyugan a Israel] son denominadas ´Egipto´ [Mitzraim], ya
que todos oprimen [Metzirut] a Israel" (Bereishit Raba 16:4).
5- Ver pág.,
llamada 46.
6- Aunque
la severa opresión física del exilio egipcio comenzó sólo 124 años después (86
años antes del éxodo), la opresión espiritual comenzó en el momento en el que
los judíos dejaron su entorno natural y sagrado, la tierra de Israel, y
descendieron a Egipto, el sitio de la impureza espiritual.
7- Ver
Midrash Tehilim 114:4; Vayikra Raba 32:5; Shir HaShirim Raba 4:24, etc. Pesikta
Zotarta, Exodo 6:6.
8- La
fuerza de la fe en la redención depende de la observación de las leyes de
Pureza Familiar. La raíz psicológica de la anticipación de reunión,
anticipación consciente en constante aumento, separación dentro de separación,
está en este nivel de separación dentro de sumisión. En el nivel de separación
dentro de separación, uno anticipa la alegría de la misma unión marital, que es
paralela a la entrega de la Torá en el monte Sinaí. En el nivel de separación
dentro de sumisión, uno posee fe (consciente o inconsciente) en la inminente
redención de Egipto, el cese de los días de "mirar" y el comienzo de
los días de limpieza.
9- Maguen
Avot, loc.cit.
10- Esto
puede verse en el hecho que durante su travesía del desierto los judíos
perdieron el ánimo, lamentándose de haber abandonado Egipto e incluso
sugirieron regresar (Exodo 13:17, 14:10-12, 17:3; Números 11:5, 11:20, 14:3-4,
20:5,21:5).11- Este cómputo se transformó después en la mitzva del cómputo
del Omer (Rabeinu Nissim, Commentary on Sefer HaHalajot, fin de Pesajim).
12- 3:97b.
El día de la entrega de la Torá es la festividad de Shavuot, cuyo nombre
significa "semanas", indicando que la esencia revelada en ese día es
consecuencia directa del servicio espiritual que conduce al mismo, la
anticipación de contar los días y las semanas.
13- Moisés
era aquí el emisario del pueblo, a través de él hablaron con Dios y recibieron
Su Torá "cara a cara". Como lo explicaremos en el cap. 15, los lugares
más íntimos de las almas de la pareja se aproximan y se unen en virtud de su
conducta modesta durante las relaciones maritales. De la misma manera, Moisés,
el lugar más íntimo del alma colectiva del pueblo judío, ascendió a encontrarse
con Dios en la montaña, mientras que el Mismo Dios descendía para darle a
Moisés el lugar más íntimo de Su propio Ser, por así decirlo, la Torá (ver
llamada 17 a continuación).
14- Relaciones
maritales imparten cierto grado de impureza ritual a la pareja (Levítico 15:16-18),
que les impide entrar al Templo o comer ciertas categorías de alimento hasta el
atardecer, después de sumergirse en la mikve.
15- Esto
en particular se refiere a la concentración de todas sus energías maritales, su
da´at.
16- Éxodo
20:14; Rashi ad loc.
17- Mejilta,
Yitro 19:9.
18- La
primera palabra dicha por Dios al pueblo de Israel en Sinaí, la primera palabra
de los Diez Mandamientos: "Yo", es un acrónimo de "He escrito y
transmitido (a vosotros) a Mi Mismo" (Pesikta Zotarta, Yitro 20; Midrash
Tanjuma, ed. Buber, Yitro 16, etc.) ver también Likutei Torá 4:93d.
19- Isaías
51:7.
EL ALMA EN ESTE MUNDO
Parábola y enseñanzas jasídicas. Selección extraída del libro "Bajo la Mesa y Cómo Subir de Allí" por Avraham Greenbaum, © Breslov Research Institute.
¿Qué es el alma? La naturaleza intrínseca del alma en su estado no corporal, está más allá de nuestra comprensión, mientras vivamos en este mundo. El alma se origina más allá de este mundo, mientras que nosotros nos hallamos en él, siendo nuestras mentes y patrones de comprensión también mundanos. Dado que los poderes del alma son disminuidos al entrar a este mundo, no podemos conocer respecto de su naturaleza intrínseca a partir de la manera en la cual ella se nos aparece. Del alma suele decirse que es "eterna," "espíritu Puro", etc. Pero sólo nos es posible tener una vaga noción de lo que esos términos realmente significan.
"Lámpara del Señor es el alma del hombre, que escudriña todos los rincones del cuerpo." (Proverbios 20:27). Como hemos visto, la Divinidad es llamada,, metafóricamente, luz. El alma es llamada "lámpara," pues es una pequeña chispa de la luz de Dios, "una parte del Dios de arriba" (Job 31:2). En su esencia intrínseca, el alma es parte de Dios: se halla, en última instancia, enraizada en la unidad perfecta de Dios. Pero es voluntad de Dios dar al alma una existencia independiente y separada con la finalidad de probarla y permitirle retomar El, fundiéndose entonces en Su unidad a un nivel más elevado aún. Este es el destino último del alma. Tal como una vela se eleva para unirse con un fuego mayor, así el alma anhela retomar a su Fuente.
Este oscurecido mundo, al cual es enviada el alma, es un "vientre," un lugar de desarrollo y crecimiento. Es una preparación para el eventual "nacimiento" del alma ámbito espiritual superior. Ámbito al que asciende luego de la muerte del cuerpo. Con el fin de proveer las condiciones necesarias para la prueba, este mundo fue creado como un, lugar bien diferente del ámbito espiritual eterno. Y dado que este mundo es físico y temporal, el alma sólo puede habitar en él dentro de un cuerpo físico y temporario, con sus propias, necesidades y deseos. Y esto es lo que crea las condiciones para el desafío del alma.
Para poder cumplir con su trabajo espiritual, el alma necesita del cuerpo como vehículo para operar en y sobre el, mundo físico y finito. El cuerpo se halla espléndidamente diseñado para cumplir una interminable cantidad de actividades. Usando el cuerpo como un medio, el alma es, capaz de formar estructuras, en el mundo físico, que revelen la Divinidad oculta bajo la superficie. (Así, muchas de las mitzvot prácticas conllevan el uso de objetos físicos, tales como pergamino y cuero en los rollos de la Torá, Tefilin y Mezuzah, o vegetales, como en el caso del Lulav y el Etrog, etc, con el fin de manifestar la soberanía de Dios sobre el mundo). Estas actividades traen Divinidad al alma misma, beneficiándola para cuando deje este mundo y retorne a los ámbitos espirituales superiores. Para cumplir con su misión espiritual en este mundo, el alma debe dominar al cuerpo, usándolo para propósitos Divinos.
Pero el cuerpo es de este mundo, y a los efectos de su supervivencia, tiene variedad de necesidades materiales propias. Es posible satisfacer todas las necesidades reales del cuerpo de una manera pura y santa, y de hecho, el propósito del alma es hacer esto, como de un medio para manifestar la soberanía de Dios. Pero, satisfacer nuestras necesidades físicas básicas, como alimento, vestimenta, refugio, procreación, etc., conlleva una cantidad de actividades que consumen tiempo, y cantidad de relaciones que pueden distraernos y alejarnos con facilidad de nuestros objetivos espirituales.
Para intensificar aún más el desafío del alma, el cuerpo se presenta como fuente de un conjunto de atracciones materiales y de deseos que van más allá de lo necesario para sobrevivir. Y éstos no sólo le impiden al alma cumplir con su misión, sino que pueden llegar, incluso, a alejarla de ello por completo.
¿Qué comida, y en qué cantidad, es necesaria para una buena nutrición? ¿Cuándo es que el deseo de comer se vuelve excesivo? ¿Cuánto necesitamos dormir y cuánto nos gusta ser perezosos? ¿Hasta dónde el trabajo es en pro de una vida decente y una genuina seguridad, y cuándo se toma una carrera obsesiva detrás de fantasmas? ¿Cuándo el deseo sexual es natural y deseable, y cuándo se vuelve una pasión que desborda la mente y destruye la vida? ¿Hasta qué punto una persona debe ser obstinada y hasta dónde la persecución de los propios intereses y legítima autodefensa se transforman en hambre de poder y agresión? Y más y más...
En todas las áreas de la vida material, la frontera entre lo que es necesario y lo excesivo, es muy vaga. El cuerpo por naturaleza, se deja arrastrar más y más, sobrepasando el límite. Las tentaciones materiales del entorno, y nuestra urgencia interior para ir detrás de ellas, oscurecen el "vientre," es decir este mundo, perturbando sus intrincados pasajes con toda clase de trampas, obstáculos y callejones sin salida. La tarea del alma, la "lámpara de Dios," es hacer brillar la luz y la sabiduría Divinas en estos pasajes, para distinguir así entre lo que es bueno, necesario y benéfico, de aquello que es excesivo, dañino y maligno.
El Nefesh
Nuestros Sabios enseñan que el alma consiste de tres partes primordiales: neshamá, ruaj, y nefesh. De estas tres, neshama es la más alta: es la fuente última de todos los poderes de nuestra alma, tal como aparecen en este mundo. Pero ella misma no se manifiesta directamente aquí. Permanece unida a Dios en un plano de puro espíritu. Es el nefesh el que viene a este mundo, residiendo en el cuerpo, y animándolo. El nefesh se conecta con la neshama mediante el ruaj, que es una especie de "canal" espiritual, a través del cual la vitalidad Divina, potencial, fluye desde la neshama hacia el nefesh.
Cada uno de nosotros es un ser separado, independiente, pensante y sensible. No somos objetos, sino sujetos, experimentando y respondiendo al mundo que nos rodea y al rico ámbito interior compuesto por pensamientos, sentimientos, emociones, instintos, impulsos, voliciones y deseos. El sujeto que experimenta todos estos estímulos y que actúa en concordancia, el Yo, el ego, es el nefesh.
El nefesh se manifiesta como la pluralidad de facultades físicas y mentales tal como se nos dan para nuestra vida en este mundo, desde las más espirituales y trascendentes, hasta las, más materiales y mundanas. Es el nefesh quién nos da la sensación de existencia como seres independientes, con varios niveles de conciencia, y de nuestra auto percepción interior, de nuestro cuerpo y de nuestro entorno. El nefesh es la fuente de nuestras facultades de lenguaje, razonamiento, sentimiento, memoria, imaginación y creatividad, y de nuestra habilidad para concebir objetivos, formular planes y ejecutarlos. También es mediante el nefesh que las necesidades de nuestro cuerpo entran a nuestra conciencia en forma de instintos y deseos.
El nefesh no es una entidad estática que nos alimenta de impulsos y respuestas pre programados. Nuestras facultades no están del todo desarrolladas al nacer, y no permanecen estáticas a lo largo de nuestras vidas. Quizás sea mejor caracterizar al nefesh como potencial. Potencial que podemos actualizar en mayor o menor medida y en variedad de diferentes direcciones, a lo largo de nuestras vidas. La manera específica en que nos actualicemos, depende de muchos factores diferentes, incluyendo el cuerpo físico y los poderes innatos de los que estamos dotados; del ámbito material, familiar, social y cultural, en los cuales hemos crecido y vivido; de la variedad de influencias a las que hemos estado expuestos, a nuestras experiencias de vida, y a todas las diferentes elecciones que hemos realizado a lo largo de nuestras vidas.
Así, pues, nuestra facultad más importante es la habilidad de concebir objetivos y perseguirlos a través del accionar adecuado. De esta forma actualizamos nuestro potencial. El mundo que nos rodea presenta toda clase de opciones, posibilidades, sugerencias e imperativos, a los cuales respondemos de manera única e individual, desarrollando nuestros propios objetivos y ambiciones, desde los más simples e inmediatos, hasta los más grandiosos y elevados. La mayor parte de la vida mental está compuesta de una sucesión de pensamientos, imágenes, proyectos, planes, esperanzas y sueños de cosas que nos gustaría alcanzar, que van desde lo práctico y posible hasta lo salvajemente fantástico.
Todo objetivo comienza como una idea que puede ser clara o nebulosa. Para realizar un objetivo particular, la idea que está detrás de él debe ser desarrollada y trabajada. La fuerza motriz que produce la transición de lo potencial a lo actual es la voluntad. A través del poder de la voluntad, tomamos el control de las facultades necesarias para obtener lo que queremos: facultades como el razonamiento, la emoción, la ejecución física, etc. ¿Cuál es nuestro objetivo, y cuán motivados estamos para alcanzarlo? ¿Cuánto queremos lo que queremos? ¿Lo anhelamos suficientemente como para realizarlo? La voluntad es la verdadera esencia del nefesh.
La Batalla de Las Voluntades
Si tuviéramos una mente unitaria, podríamos alcanzar nuestros objetivos sin lucha interior. Pero no es así. Uno desea estar en forma y sano, pero le gusta comer todos los alimentos incorrectos. Se desea estudiar, pero se está cansado y se prefiere reposar, o leer el diario o una novela. Uno querría ahorrar dinero para algo importante, pero no puede resistir el atractivo de un buen precio o de un pequeño lujo. Uno quiere ser caritativo y bueno, pero termina siendo egoísta e irascible. Y así.
El desafío que nos enfrenta en este mundo emana de nuestra falta de unidad mental. Cuánto más desarrollamos el lado espiritual del nefesh, más recibimos de la neshama, permitiéndonos así, elevamos a niveles de Divinidad cada vez más altos. Pero a cada paso del camino nos tentamos con distracciones materiales, y a veces las cosas que queremos se contraponen entre sí, y nos encontramos arrastrados hacia diferentes direcciones.
Aunque sintamos que todos estos deseos y contradicciones provienen de nuestro interior, que todos ellos parecen igualmente -nuestros- es importante comprender que provienen de dos polos del nefesh, fundamentalmente opuestos. La mayoría de la gente se ve a sí misma como una unidad, el Yo. Pero, de hecho, el nefesh es de naturaleza dual. El nefesh es la interface de dos planos opuestos de nuestro ser.
A través del nefesh, el alma superior se esfuerza en seguir las oportunidades espirituales del mundo que nos rodea, practicando las mitzvot. La neshama busca dirigir las diversas facultades del nefesh, intelectuales, emocionales y físicas, para cumplir así con su misión. Por otro lado, las atracciones materiales del mundo circundante excitan al yo inferior, el que se esfuerza entonces por dirigir esas mismas facultades en persecución y gratificación de sus deseos.
Así entonces, se pueden distinguir dos fuentes distintas en el origen de la voluntad del nefesh: una, que lleva hacia las aspiraciones y objetivos espirituales, y que deriva de la neshama, y la otra que arrastra hacia la satisfacción material y el placer, y que está enraizada en el cuerpo. La literatura de la Torá se refiere a veces a cada uno de estos polos con la palabra nefesh, o alma en sí misma, siendo respectivamente: el Alma Divina y el Alma Animal. Comúnmente se las llama elIetzer HaTov y el Ietzer HaRa, es decir la Buena y la Mala inclinación. En nuestra historia se hallan simbolizadas por el Príncipe real y el inflado yo-Pavo que lo ha dominado.
La palabra Ietzer deriva de la raíz Hebrea iatzar, que significa formar o construir. La formación a la que hace referencia es la del yo actualizado, la persona que uno deviene a través de las acciones que elige. La formación comienza con la concepción, el pensamiento y la motivación. El Ietzer es la, fuente de los pensamientos, sentimientos e impulso, orientados en una dirección particular. El Ietzer HaTov es la fuente de aquellos impulsos dirigidos hacia el Bien, en el sentido absoluto del término, aquel bien que es verdaderamente Divino y que se halla en concordancia con nuestro objetivo último. El Ietzer HaRa es el origen de todas nuestras urgencias por aquellas cosas que nos arrastran lejos de nuestro objetivo último, desde los deseos físicos más crudos, hasta las delicias más sofisticadas del mundo social y cultural.
Aunque en su raíz ambos Ietzer son opuestos, mientras el alma está unida al cuerpo, estos dos polos del nefesh se hallan entremezclados en una unidad indiferenciada. Ambos hablan dentro nuestro con el pronombre "Yo." En general experimentamos el fluir de la conciencia como un tejido continuo y unitario, pero, de hecho, todos nuestros pensamientos, sentimientos, impulsos y reacciones, derivan de uno de los dos lados separados del nefesh, tal como se desarrollan en el curso de nuestras vidas. Son la fuente del yo, y el origen de los múltiples y conflictivos pensamientos, sentimientos, impulsos y aspiraciones, todos "nuestros." Las Almas Divina y Animal hablan, ambas, dentro nuestro con nuestra propia voz interior, dialogando, argumentando, luchando...-Yo pienso esto..." "pero siento que... "Debería hacer esto..." "pero quiero hacer aquello...," etc.
Los dos Ietzer son nuestro yo potencial, el superior y el inferior. Cuál de ellos seremos, depende de cómo respondamos a sus diferentes impulsos. Una idea, sentimiento o impulso llega a la mente: ¿debemos quedarnos con ella, desarrollarla y dejar que nos dirija, hasta que terminemos actuando de acuerdo a ella? ¿O debemos ignorarla, dejarla pasar, rechazarla o inclusive eliminarla a la fuerza? Cada decisión que tomamos tiene un efecto en el equilibrio entre los dos Ietzer, y sobre el curso que tomará en el futuro la lucha entre ellos. Y la persona que devenimos será un compuesto de todas las elecciones que hagamos durante nuestras vidas.
Avraham Greenbaum
miércoles, 16 de mayo de 2012
PALABRAS DE SABIDURÍA
Decía Rabí Akiva: "El que desposa una mujer a la que no ama,
infringe cinco preceptos de la Torá: 1) No te vengarás. 2) No guardarás rencor.
3) No odiarás a tu prójimo. 4) Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 5) Que tu
hermano viva contigo. (Pues si la odia, deseará que se muera).
Avot
de Rabí Natán 26PALABRAS DE SABIDURÍA
«Espiritual es todo aquello que no
resulta afectado o cambiado ni por el espacio ni por el tiempo. No depende de
estados emocionales o de lo que pensemos acerca de ello. Es la causa que genera
todo el mundo material »
By. Iehudá Halevi Ashlag
PALABRAS DE SABIDURÍA
Dijo Rabí Shimón Bar Iojái: ¡Ay de quien diga
que la Torá viene a contarnos relatos triviales! Siendo así, aún hoy podemos
hacer «Torá» de relatos cotidianos y hasta más bellos que ellos. Y si la Torá
viene a explicarnos asuntos de este mundo, los gobernantes del mundo tienen
entre ellos asuntos más interesantes. Todas las palabras de la Torá se refieren
a causas superiores, espirituales.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)