Extraído de El misterio del
matrimonio. Rabino Itzjak Ginsburgh. Editorial Obelisco
Nuestros sabios se refieren a la
entrega de la Torá en el monte Sinaí como al matrimonio del pueblo de Israel
con Dios [3]. De aquí que los sucesos conducentes a la entrega de la Torá
pueden compararse a las etapas que conducen a la unión del esposo y la esposa
ya descritos.
El exilio en Egipto es el prototipo
de todos los exilios que el pueblo de Israel ha sufrido [4], así como el de
todos los estados personales de alienación de Dios que cada individuo pueda
experimentar. Egipto se identifica como un sitio de impureza espiritual [5], y
en este contexto puede considerarse símbolo de los días de observación, que se
han identificado con el estado espiritual de sumisión.
El descenso de la casa de Jacob a
Egipto, la caída existencial del pueblo judío al exilio [6], corresponde a la
primera señal de sangre del período menstrual, la experiencia de sumisión
dentro de sumisión.
Durante el exilio egipcio, el pueblo
de Israel mantuvo su identidad única. No cambió sus nombres, su lenguaje o
vestimentas, y observó meticulosamente las leyes de Pureza Familiar que los
patriarcas y las matriarcas enseñaron [7]. Más aún, su fe en la redención
prometida nunca flaqueó [8]. El período del exilio corresponde entonces al
nivel de separación dentro de sumisión [9].
El éxodo de Egipto simboliza el cese
del flujo menstrual y la interrupción hacia la pureza, el nivel de
dulcificación dentro de sumisión.
Incluso después del éxodo, el pueblo
de Israel temía que los egipcios lo persiguieran y lo forzaran a regresar al
exilio. Por lo tanto ellos contaban los días transcurridos desde su éxodo, como
"pellizcándose" para asegurarse que su liberación era real.
Pese a que la amenaza física de
persecución cesó cuando Dios ahogó al ejército egipcio en el mar, la
posibilidad de regresar a la mentalidad de esclavitud de Egipto (e incluso de
regresar voluntariamente a la tierra de Egipto) no desapareció [10]. Por esta
razón, cada uno de los cuarenta y nueve días desde el éxodo hasta la entrega de
la Torá es considerado un paso adicional en el distanciamiento de Egipto. Este
estado mental corresponde al estado de sumisión dentro de separación.
Este cómputo, sin embargo, no estaba
únicamente relacionado al pasado (la huida de Egipto) sino también al futuro
(la entrega de la Torá)[11] . Día tras día aumentaba la expectativa del pueblo
por su encuentro y "matrimonio" con Dios en el monte Sinaí. El Zohar
[12] hace un paralelo entre este período de siete semanas de cómputo y los
siete días de limpieza que preceden a la inmersión ritual en la mikve.
Esto corresponde al nivel de separación dentro de separación.
La inmersión del pueblo de Israel en
la mikve antes de recibir la Torá se asemeja a la inmersión de la esposa
antes de unirse con su marido y corresponde al nivel de dulcificación dentro de
separación.
Tres días antes de entregar la Torá,
Dios ordenó a Moisés que cercara el monte Sinaí y prohibiera a la gente
acercarse a la montaña, con el propósito de infundirles una sensación de
modestia y moderación al consumar su relación con Dios [13]. Esto corresponde
al nivel de sumisión dentro de dulcificación.
Durante estos tres días de
restricción se ordenó al pueblo que se abstuviese de relaciones maritales, para
que estuvieran puros de cuerpo y espíritu [14]. Esta pureza les permitió
concentrarse solamente en su novio Divino [15] mientras Su voz les habló desde
todas las direcciones (y dimensiones) de la realidad [16].
El día anterior a los tres días de
restricción, el pueblo le dijo a Moisés: "Deseamos contemplar a nuestro
Rey por nosotros mismos" [17](en lugar de recibir la Torá a través de un
intermediario). En el momento de la entrega de la Torá, su pedido fue
concedido. Esto corresponde al nivel de separación dentro de dulcificación.
En la entrega de la Torá, Dios nos
concedió, por así decirlo, la simiente de Su esencia, así como en las
relaciones maritales el marido transmite su esencia a su esposa [18]. En ese
momento, el propio ser de la esposa se fusiona con el de su esposo, y comienza
a integrar la simiente del ser de él dentro sí misma. Aquí, el novio Divino y
la novia, Dios e Israel, alcanzan la cumbre de éxtasis en su unión sagrada; el
pueblo se convierte en "el pueblo en cuyo corazón está Mi Torá" [19].
Esto corresponde al nivel de dulcificación dentro de dulcificación.
En resumen:
Ciclo de relaciones maritales
|
Éxodo de Egipto
|
|||
Dulcificación
|
Días de Pureza
|
Dulcificación
|
Goce de las relaciones Maritales
|
Recepción de la Torá
|
Separación
|
Pensamientos adecuados durante las relaciones
|
Pureza corporal; centrarse en Dios
|
||
Sumisión
|
Conducta modesta durante las
relaciones
|
Restricción de ascender al monte
Sinaí
|
||
Separación
|
Días de limpieza
|
Dulcificación
|
Inmersión ritual en la mikve
|
Purificación en la mikve
|
Separación
|
Expectación del Reencuentro
|
Cuenta de los días hasta el monte
Sinaí
|
||
Sumisión
|
Revisaciones diarias
|
Amenaza de persecución de los egipcios
|
||
Sumisión
|
Días de Observa ción
|
Dulcificación
|
Sección 1.01 Interrupción hasta la
purificación
|
Éxodo de Egipto
|
Separación
|
Observación de las Leyes de separación
|
Aferrarse a la identidad judía
|
||
Sumisión
|
Aparición del flujo menstrual
|
Descenso al exilio egipcio
|
3-Ta´anit
26b.
4- "Todas
las naciones [que subyugan a Israel] son denominadas ´Egipto´ [Mitzraim], ya
que todos oprimen [Metzirut] a Israel" (Bereishit Raba 16:4).
5- Ver pág.,
llamada 46.
6- Aunque
la severa opresión física del exilio egipcio comenzó sólo 124 años después (86
años antes del éxodo), la opresión espiritual comenzó en el momento en el que
los judíos dejaron su entorno natural y sagrado, la tierra de Israel, y
descendieron a Egipto, el sitio de la impureza espiritual.
7- Ver
Midrash Tehilim 114:4; Vayikra Raba 32:5; Shir HaShirim Raba 4:24, etc. Pesikta
Zotarta, Exodo 6:6.
8- La
fuerza de la fe en la redención depende de la observación de las leyes de
Pureza Familiar. La raíz psicológica de la anticipación de reunión,
anticipación consciente en constante aumento, separación dentro de separación,
está en este nivel de separación dentro de sumisión. En el nivel de separación
dentro de separación, uno anticipa la alegría de la misma unión marital, que es
paralela a la entrega de la Torá en el monte Sinaí. En el nivel de separación
dentro de sumisión, uno posee fe (consciente o inconsciente) en la inminente
redención de Egipto, el cese de los días de "mirar" y el comienzo de
los días de limpieza.
9- Maguen
Avot, loc.cit.
10- Esto
puede verse en el hecho que durante su travesía del desierto los judíos
perdieron el ánimo, lamentándose de haber abandonado Egipto e incluso
sugirieron regresar (Exodo 13:17, 14:10-12, 17:3; Números 11:5, 11:20, 14:3-4,
20:5,21:5).11- Este cómputo se transformó después en la mitzva del cómputo
del Omer (Rabeinu Nissim, Commentary on Sefer HaHalajot, fin de Pesajim).
12- 3:97b.
El día de la entrega de la Torá es la festividad de Shavuot, cuyo nombre
significa "semanas", indicando que la esencia revelada en ese día es
consecuencia directa del servicio espiritual que conduce al mismo, la
anticipación de contar los días y las semanas.
13- Moisés
era aquí el emisario del pueblo, a través de él hablaron con Dios y recibieron
Su Torá "cara a cara". Como lo explicaremos en el cap. 15, los lugares
más íntimos de las almas de la pareja se aproximan y se unen en virtud de su
conducta modesta durante las relaciones maritales. De la misma manera, Moisés,
el lugar más íntimo del alma colectiva del pueblo judío, ascendió a encontrarse
con Dios en la montaña, mientras que el Mismo Dios descendía para darle a
Moisés el lugar más íntimo de Su propio Ser, por así decirlo, la Torá (ver
llamada 17 a continuación).
14- Relaciones
maritales imparten cierto grado de impureza ritual a la pareja (Levítico 15:16-18),
que les impide entrar al Templo o comer ciertas categorías de alimento hasta el
atardecer, después de sumergirse en la mikve.
15- Esto
en particular se refiere a la concentración de todas sus energías maritales, su
da´at.
16- Éxodo
20:14; Rashi ad loc.
17- Mejilta,
Yitro 19:9.
18- La
primera palabra dicha por Dios al pueblo de Israel en Sinaí, la primera palabra
de los Diez Mandamientos: "Yo", es un acrónimo de "He escrito y
transmitido (a vosotros) a Mi Mismo" (Pesikta Zotarta, Yitro 20; Midrash
Tanjuma, ed. Buber, Yitro 16, etc.) ver también Likutei Torá 4:93d.
19- Isaías
51:7.
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