jueves, 16 de febrero de 2012

EL GOBIERNO EN LOS DÍAS DE YESHUA


ALIANZA NETZARITA HADEREJ (EL CAMINO)
CONGREGACION MESIANICA MAHANAIM
(REUNION DE DOS CAMPAMENTOS)
CONOCIENDO AL MESÍAS POR LAS RAÍCES HEBREAS
(MI PUEBLO NO AVANZA POR FALTA DE CONOCIMIENTO… OSEAS 4:6)
EL GOBIERNO EN LOS DÍAS DE YESHUA
En los días de Yeshua y de sus emisarios, y hasta la destrucción del Templo de Yerushaláyim (70 d.M.), las dos autoridades principales entre los fariseos venían dadas por el Tribunal de Hilel* y por el tribunal de Shamai*; además de la existencia de los Saduceos y el Sanedrín Superior, que dictaban sentencia en los atrios del Templo.
* HILEL: Eminente maestro de la Torá de principio del primer siglo y que llegó a ser el presidente del Sanedrín. Famoso por la enunciación de siete reglas de interpretación bíblica que llevan su nombre. Proponía una interpretación menos rígida de la Ley, buscando más el espíritu que la letra, ya que creía que la letra podía matar, pero el espíritu de la Ley era la clave para la recta interpretación. Juntamente con Shamai, formó parte de la máxima autoridad del liderazgo farisaico del primer siglo.
SHAMAI: Juez en Israel durante los días de Yeshua. Sabio de la Torá que se caracterizó por su observancia radical y legalista de la Torá, casi siempre estuvo en oposición a la interpretación de la Ley Judía dada por su colega Hilel.
CORRUPCIÓN POLÍTICA
Debido a la presencia romana, la corrupción política en el país no se hizo esperar. Roma impuso sacerdotes que no eran de la familia sacerdotal (Levitas*). Esto no significa que todos los cohanim (sacerdotes) fueran corruptos, pero significa que el sistema sacerdotal, bajo dominio romano, se había corrompido. Aquellos sacerdotes impuestos por Roma o que adquirieron el puesto con sumas de dinero o tretas políticas, no conocían las leyes del Templo, ni sabían cómo oficiar ni tenían la motivación apropiada para estar en tan sagrada posición. Para evitar mayores escándalos, tenían que recurrir constantemente a los sabios (rabinos) para recibir instrucción. En días tan sagrados como Yom Kipur (Día de Expiación), muchas veces había que asignarles varios maestros de la Torá para que les enseñasen paso a paso cómo establecer la liturgia apropiada. Dicha situación colocó a los rabinos en una posición de autoridad superior a la de los cohanim (sacerdotes), y el pueblo los admiraba grandemente por su sabiduría. En todo caso, la presencia romana y el control romano del Templo era una espina clavada en el costado de los justos y piadosos de Israel, y se hacía más latente entre los fariseos.
* Los levitas fueron dedicados por YHWH, Dios de Israel, como Cohanim (Sacerdotes) para que sirvieran en el Tabernáculo Temporal y en el Templo en Yerushaláyim (Jerusalén) Números 8:5-24.
Shamai, juez principal y sabio de la Torá, desarrolló una estrategia de doble agenda en su trato con los romanos. Por un lado, aceptó la presencia de una guardia para que hiciera prevalecer los dictados de la Corte, y por el otro lado enseñó a odiarlos secretamente. No así Hilel, que siendo juez y maestro de Israel en aquellos días, prefirió tener la autoridad de la santidad y la justicia de la Torá, sin acudir a la guardia romana para hacer valer sus decisiones legales. Por tanto, fue casi palpable la gran tensión que existía entre Shamai y Hilel. Por otro lado, Hilel amaba a los gentiles y consideraba que mientras más se les enseñara la Torá, amarían más a Israel y existiría menos antisemitismo en el mundo.
Shamai, aunque aceptaba el principio de la guardia romana en su tribunal, en verdad rechazaba a los gentiles y constantemente se oponía a enseñarles la Torá y las leyes y costumbres judías. Aunque los fariseos mismos eran muy pluralistas, ya que había siete grupos diferentes dentro de ellos, el balance de poder y autoridad del partido venía dado por el Tribunal dirigido por Shamai y el Tribunal dirigido por Hilel. Ambos tenían su Yeshivá, (Escuela de estudios de la Torá), donde preparaban a sus discípulos y dominaban la vida nacional de Israel EN LOS DÍAS PREVIOS AL NACIMIENTO DE YESHUA.
Cuando nuestro Salvador y Adón (Señor) tenía 12 años de edad y quedó en el Templo estudiando y compartiendo la Torá con los sabios de Israel, posiblemente Shamai y Hilel estuvieron entre los doctores que se admiraban de Sus respuestas. Debido a la influencia política venida de los saduceos y del respaldo de la guardia romana, Shamai logró sentarse en la “silla de Moshé (Moisés)” y se inició un proceso de grandes disputas entre las dos casas, la de Shamai por un lado y la de Hilel por el otro.
MEDIDAS LEGALES
Todo comenzó con la introducción, por parte de Shamai, de 18 Medidas Extraordinarias, a fin de hacer más difícil para un no judío convertirse al judaísmo. Hilel se opuso a tales medidas, pues con ellas sería del todo imposible para un gentil, amar a los judíos y procurar convertirse al judaísmo, dejando así el paganismo, la idolatría, la hechicería, etc., y creer solamente en el Dios de Israel, siendo enseñados por la Torá, dada por Dios a través de Moshé (Moisés). Por supuesto, esas no fueron las únicas controversias entre los dos jueces de Israel en aquellos días. Las tensiones entre Shamai y Hilel fueron tan fuertes, que por medio de la conexión zelota*, se ordenó la muerte de una gran cantidad de discípulos de Hilel.
Si Shamai fue o no el responsable directo, aún se investiga, pero todo parece indicar la existencia de una fuerte conspiración zelote, amigos de la Casa de Shamai, en el trasfondo de aquellos asesinatos. En todo caso, la situación creó una verdadera tormenta en Israel, al extremo de que muchos discípulos de Hilel se unieron con Menahem (el “Maestro de Justicia” del que se nos habla en los Rollos del Mar Muerto), y se volvieron a los esenios, estableciendo en la zona conocida como Qum Ram, cercana a Yerushaláyim (Jerusalém), su centro de actividades comunitarias.
* Zelotes: Grupo religioso del pueblo judío que se caracterizaba por la vehemencia y rigidez de su integrismo religioso.
FUE SHAMAI QUIEN PROHIBIÓ A LOS JUDÍOS ENTRAR A LA CASA DE UN GENTIL y lo hizo ley en Israel, estableciendo como razón, que tal acción sería vista como una abominación. Fue él quien levantó una pared intermedia de separación tan grande entre judíos y gentiles, que hizo prácticamente imposible para estos últimos, considerar con seriedad el judaísmo como una opción válida.
La opinión de Shamai sobre los gentiles era que la única forma de salvación posible para un gentil era que se circuncidara y guardara la totalidad de la Torá como un judío*. Ahora bien, decía Shamai, debido al trasfondo pagano de los gentiles, había que exponerlos a una recia disciplina para que abandonaran realmente su paganismo. Esto fue lo que causó la creación y establecimiento DE LAS FAMOSAS 18 LEYES EN FORMA DE MANDAMIENTOS, expresadas en ordenanzas rabínicas, que desde su posición de Juez de Israel, pudo establecer como gezerot y takanot (estatutos legales) normativos para la comunidad judía.
Esas medidas fueron tan pesadas y exigentes, que casi imposibilitaban a un gentil pasar la prueba y hacerse judío. Por otro lado, Shamai decretó que si un gentil guardaba las siete Leyes Noédicas aún así no tendría ninguna oportunidad de compartir con los judíos el mundo por venir.
Las siete Leyes Noédicas son:
1. Prohibición contra la idolatría. 
2. Prohibición contra la blasfemia. 
3. Prohibición contra el asesinato. 
4. Prohibición contra el robo. 
5. Prohibición contra el adulterio. 
6. Prohibición de comer carne de animal con vida (ni beber su sangre). 
7. Establecer Cortes de Justicia.
* Recordemos que aunque en la Torá están escritos 613 mandamientos, deben cumplirse SEGÚN SE APLICA A CADA UNO, ya que hay mandamientos que son sobre el shabat, las Fiestas, las comidas, otros sobre la mujer, otros sobre el varón, otros sobre las normas de conducta, etc. Que en su totalidad son las reglas básicas de la vida en santidad que El Eterno demanda de nosotros.
No obstante, la Casa de Hilel tuvo otra posición que puede resumirse en esta sentencia: “Los gentiles no tienen por qué hacerse judíos para tener su parte en el mundo futuro; pero si se convierten de corazón y abandonan la idolatría, y guardan los siete principios dados a Nóaj (Noé), el Eterno tendrá también misericordia de ellos como tiene misericordia del pueblo judío”.
Así pues, mientras Shamai era enemigo de aceptar conversiones, Hilel apoyaba, juntamente con las Siete Leyes Noédicas, la Ley para los gentiles. RECORDEMOS QUE RAV SHAUL (APÓSTOL PABLO) ESTUDIÓ A LOS PIES DE GAMALIEL, DESCENDIENTE DE HILEL. Al hablar Pablo de la “Ley” en relación con los gentiles, es importante recordar lo que el término significaba en los días cuando el Templo estaba aún en pie.
Por otro lado, Yeshua el Mesías, introdujo un tipo de conversión que nunca antes fue conocida en Israel. Debido a la calidad de dicha conversión, que recibía los beneficios de los méritos del Mashíaj, el Maestro, nuestro Salvador y Adón, en Su posición de Juez de Israel, y a quien el Padre le había dado “toda autoridad en el cielo y en la tierra”, determinó que cuando un gentil se convierte al Eterno, por Su Nombre (Yeshua Ha Mashíaj), es sacado del Olivo Silvestre, figura del paganismo, hechicería, sin la Ley del Dios de Israel, etc., y es injertado contra naturaleza en el Olivo Natural (figura de Israel).
Esta enseñanza superó los decretos, tanto de Shamai como de Hilel. De Shamai, porque Yeshua hizo más sencillo y fácil para un gentil hacer su conversión, quitando del camino las piedras innecesarias. De Hilel, porque Yeshua hacía de los conversos, miembros de la familia de los santos (judíos), no simplemente “amigos de Israel” bajo la figura de “Benei Nóaj” (Hijos de Noé). De hecho, Rav Shaul (Apóstol Pablo) afirmó luego, que esta bendición dada a los gentiles, es un “misterio que en otras generaciones no se ha dado a conocer a los hijos de los hombres en la misma medida en que ahora es revelado a sus apóstoles y profetas por el Espíritu...” (La Epístola del Apóstol Pablo a los Efesios 3:1-6); y en su carta a los gálatas, (3:29) Rav Shaul (Apóstol Pablo) dice: “Y si vosotros sois de Mashíaj (Mesías), entonces sois descendencia de Avraham y herederos del mundo por venir según la promesa”.
Como vemos, debido a Yeshua Ha Mashíaj (Yeshua el Mesías), los gentiles que hacen la conversión no son vistos como linaje de Nóaj (Noé), sino descendencia de Avraham, y por extensión, “copartícipes de la promesa”. Por lo tanto, las palabras de Yeshua y de Rav Shaul (Apóstol Pablo), que parecieran atentar contra el judaísmo o contra la Ley (Torá), no fueron dirigidas contra el judaísmo de los profetas, sino contra Shamai y sus decretos; y en el caso de Pablo, no contra la Ley (Torá) dada por el Eterno a través de Moshé (Moisés), sino contra la Ley de Nóaj, COMO INSUFICIENTE PARA LA SALVACIÓN DE LOS GENTILES.
Ignorar el judaísmo de los días de nuestro Adón Yeshua el Mesías, ha hecho a muchos errar en cuanto al verdadero significado de sus palabras; de ahí, la enorme importancia de conocer bien el judaísmo de aquellos días para estar en condiciones de interpretar en forma apropiada sus escritos.
Al entender cómo era el judaísmo de aquellos días y LA OPOSICIÓN CONTRA LA CONVERSIÓN DE LOS GENTILES, imponiéndoles el guardar la totalidad de la Torá y las 18 leyes en forma de mandamientos (impuestas por Shamai) y el guardar las 7 leyes noédicas (impuestas por Hilel), que impedían que los gentiles pudieran convertirse al judaísmo y así dejando el paganismo, venir al Dios de Israel, siendo entonces enseñados por la Ley (Torá) dada por Dios a través de Moisés, comprenderemos cuando el Rav Shaul (Apóstol Pablo) dice en su Carta a los Creyentes en Italia (Romanos) 6:14 (Versión Textual Hebraica): Porque la mala inclinación (el pecado) no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo el sistema legislativo legalista, sino de uno de gracia (la Torá).
También Rav Shaul (Apóstol Pablo) lo explica en esta misma carta, en el capítulo 3:27-31 (Versión Textual Hebraica), cuando habla sobre la justicia de Dios prometida en la Ley: ¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de la observancia legalista de la Torá? No, sino por el principio de la fe que obedece.
Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe obediente que no tiene nada que ver con la observancia legalista de la ley. ¿O es Di-os solamente Di-os de los judíos? ¿No es también de los gentiles? Ciertamente, también de los gentiles. Porque Di-os es uno, y él justificará por la fe obediente a la circuncisión, y por medio de la fe que obedece a la incircuncisión. ¿Luego por la fe que obedece declaramos anulada la ley? ¡Ni se les ocurra tal pensamiento, todo lo contrario, confirmamos lo que la ley ha prometido!
HAY UNA GRAN DIFERENCIA ENTRE OBEDIENCIA A LA LEY Y OBSERVANCIA LEGALISTA DE LA LEY. La obediencia a la ley es una expresión de la fe; la observancia legalista de los mandamientos es contraria a la obediencia por amor y temor de los decretos y estatutos e instrucciones divinas dadas en la Torá. La diferencia es evidente en esta carta y en el resto de las cartas de Rav Shaul que tratan el tema, pues ya ha dicho que los que obedecen la Torá son los que tienen la promesa de recibir como regalo la justicia divina, sobre la base de los méritos interpuestos por la fe obediente de Yeshua a la misión que le fue asignada, esto es, hacerse responsable de los pecados voluntarios de Israel y del mundo.
…porque no son LOS OIDORES DE LA LEY los justos ante Di-os, SINO LOS HACEDORES DE LA LEY serán justificados. Carta de Rav Shaul a los Creyentes en Italia (Romanos) 2:13, Versión Textual Hebraica.
“EL QUE RECHAZA LA LEY (INSTRUCCIÓN) DE YHWH, DI-OS DE ISRAEL, NO MERECE LA GRACIA DE YHWH, DI-OS DE ISRAEL”.

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